Che: periodista de vocación

 

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Por:Odette Elena Ramos Colás

Ernesto Guevara de la Serna, para muchos es un claro ejemplo de hombre de acción, de lucha, de revolucionario incansable, de internacionalista. Casi todos conocen las magnitudes de su personalidad; sin embargo, su faceta de periodista es ignorada por la mayoría.

Ese argentino, cubano, latinoamericano, que la mayoría conocen como “el Che”, se desarrolló de tal modo en este ámbito que su trabajo periodístico constituye una guía para quienes ejercen esta noble labor.

Coincidiendo con Carpentier en que el periodista debe ser un cronista de su tiempo, es posible afirmar que el Che era justo eso: un hombre que no se conformó con ser testigo del momento histórico que le tocó vivir, sino que luchó por cambiarlo.

Su profunda aptitud intelectual la permitió realizar valiosos escritos que han perdurado hasta nuestros días como testimonio de una época convulsa en el continente americano. Ejemplo de lo anterior es su diario de campaña en Bolivia; los artículos publicados en la revista Verde Olivo; su libro “Pasajes de la guerra revolucionaria”; o documentos como “El socialismo y el hombre en Cuba” y “Mensaje a la Tricontinental”.

Cuba tiene en él, no solo al hombre de acción, protagonista de numerosas páginas memorables de la lucha guerrillera, sino a uno de sus más distinguidos e ilustres cronistas, que demostró la necesidad del rigor científico en el análisis de los hechos políticos, sociales, económicos e históricos.

Su periodismo no puede verse desligado a su labor revolucionaria, y aunque el período más fecundo de su creación fue la Revolución Cubana, no se limitó solo a redactar los acontecimientos vividos en ella.

Che era periodista de vocación, por lo que durante sus viajes por Latinoamérica se vinculó a periódicos y agencias noticiosas, donde realizó artículos de índoles diversas, crónicas y fotorreportajes, ejerciendo por única vez en su corta vida la fotografía de forma profesional.

Se interesó además, por los asuntos y sucesos mundiales, siempre con énfasis en nuestra América, y fue capaz de ver más allá de su tiempo y analizar a profundidad la otrora Unión Soviética, sus méritos y sus errores; aspecto que en la actualidad es reconocido por previsor y certero.

Es efectivamente su incondicional apego a la verdad, uno de los rasgos característicos de la personalidad del Che y, sin dudas, el más importante en sus trabajos periodísticos.

Identificaban su obra igualmente la brevedad, sensibilidad y humanidad; el tratamiento objetivo de los sucesos históricos, con un lenguaje sencillo, lineal, y un estilo directo, preciso, jovial, y a veces, sutilmente humorístico, idóneo para llegar a cualquier ciudadano, desde el intelectual hasta el obrero.

Así era el Guerrillero Heroico, al que recordamos por estos días en que se conmemora el 48 aniversario de su asesinato en La Higuera, Bolivia. Pero lo recordamos por su vida y obra, por su pensamiento, por sus cualidades; esas que no pudieron arrebatarles al mundo ni siquiera con su muerte.

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