Tomado de Razones de Cuba
10/08/2016
Por Ana Hernández
El 13 de agosto no es un día cualquiera para los cubanos, es la hoja que marca la fecha que vio la luz el indiscutible líder de la Revolución Cubana, de esta que triunfó el Primero de Enero de 1959, pero que había iniciado su gesta en la manigua redentora de aquel 10 de octubre de 1868, con el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes.
Solo dentro de unos días cuando el calendario marque la fecha, Fidel cumplirá sus noventa años, de los cuales ha dedicado la inmensa mayoría al ideal de hacer justicia, para con su lucha enseñarnos el camino a emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos, y a cada instante tener sentido del momento histórico que nos corresponde vivir.
Sus noventa primaveras las celebra el pueblo de Cuba y miles de personas honestas en el mundo, mientras que aquellos con febriles maniobras maquiavélicas para eliminarlo en más de 600 intentos tendrán que morderse la legua y morder con ello el polvo de su derrota, pues fue, es y será el invicto Comandante de la acción y las ideas.
Noventa años son solo un hálito en la historia, pero la de él trasciende años, época, fronteras.
Dígase Fidel Castro y estaremos citando a ese ser humano irreverente que no calló nunca ante una injusticia.
Dígase Fidel Castro y estaremos citando a quien levantó sus armas y su verbo llevando en el corazón las doctrinas del Maestro.
Dígase Fidel Castro y estaremos citando al cubano que desafió poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional para devolvernos una patria digna.
Dígase Fidel Castro y estaremos refiriéndonos a un hombre capaz de luchar por los sueños de justicia para Cuba y para el mundo como la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.
Dígase Fidel Castro y estaremos citando a ese ser humano, que nos enseñó a defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio al que nos habló de modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo, de luchar con audacia, inteligencia y realismo.
Dígase Fidel Castro y estaremos citando al que nos enseñó a NO mentir jamás, ni violar principios éticos
Pudieran ser interminables razones y cualidades del líder histórico de nuestra Revolución Cubana, sin embargo, con defectos y virtudes eso es Fidel: ¡Fidel es Revolución!
Permítame desde estas líneas intercambiar entonces:
Gracias Comandante, cumpla sus noventa FELIZ y vengan muchos años, que quedan innumerables batallas por librar y seguro usted estará cual gladiador de los nuevos tiempos, en la primera línea de combate. Por último Comandante ¡! Infelices de aquellos desamparados de principios, que no vean en usted el INMORTAL que ya es!! ¡! Gracias por existir.