Desde SurySur
17/04/2018
La etapa que comienza en Cuba el 19 de abril conlleva una división hasta ahora inédita en la cúpula del poder: el presidente y jefe de gobierno no será a la vez primer secretario del Partido Comunista (PCC), único legal, ni comandaría las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
El jueves 19 se constituye la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP, parlamento unicameral), electa el 11 de marzo, para después escoger de entre sus miembros al nuevo presidente, un primer vicepresidente, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros más del Consejo de Estado, máximo órgano ejecutivo.
Durante décadas, el líder histórico Fidel Castro (1926-2016) se mantuvo al frente del PCC, los institutos armados y las presidencias del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, cargos que recayeron tras su enfermedad en su hermano menor Raúl, de 86 años, quien desistió de ser reelecto para un tercer mandato de cinco años.
Pero se supone que el mandatario saliente se mantendrá al frente del PCC al menos hasta 2021, cuando esa organización, considerada constitucionalmente “vanguardia organizada de la nación cubana”, celebre su octavo Congreso, la más importante cita del comunismo cubano y que se realiza cada cinco años.
El artículo 93, inciso g de la Constitución confiere al presidente del Consejo de Estado y jefe de gobierno, entre otras atribuciones, “desempeñar la Jefatura Suprema de todas las instituciones armadas y determinar su organización general”.
Raúl Castro no se ha referido a sus responsabilidades en el PCC ni en las FAR, de las cuales es fundador y lidera con el grado de general de Ejército, cuando ha hablado de su decisión de no ostentar la presidencia de este país insular caribeño más de dos periodos.
Certero pensamiento del Apóstol de la independencia cubana, evocado cuando de solidaridad con nuestro pueblo se trata, frente al mismo enemigo que, en su nacimiento, caracterizó y denunció José Martí: el imperialismo norteamericano.
Esas palabras fueron publicadas en el periódico Patria, el 17 de abril de 1894, con motivo del aniversario tercero de la fundación del Partido Revolucionario Cubano. Su título: El alma de la Revolución y el deber de Cuba en América.
Así está escrito: “Un error en Cuba es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba, se levanta para todos los tiempos. Ella, la santa patria, impone singular reflexión; y su servicio, en hora tan gloriosa y difícil, llena de dignidad y majestad (…) Martí se está refiriendo al papel del Partido Revolucionario Cubano, consciente de que está forjando una obra trascendente más allá de nuestras fronteras.
Declara, por eso su convicción de que “La independencia de Cuba y Puerto Rico no es solo el medio único de asegurar el bienestar decoroso del hombre libre en el trabajo justo a los habitantes de ambas islas, sino el suceso histórico indispensable para salvar la independencia amenazada de las Antillas libres, la independencia amenazada de la América libre y la dignidad de la república norteamericana.
Otro pensamiento, sobre este tema, aborda el artículo, cuando afirma que en el fiel de América están Las Antillas, si esclavas mero pontón de la guerra de una república imperial, y si libres, garantía de equilibrio en el continente y para la independencia de la América española, aún amenazada.
Alerta sobre el peligro, de ser dominadas por la república del Norte, ésta abriría una inhumana pelea contra las potencias del orbe por el predominio del mundo.
Presente está en esa prédica martiana el peligro que acecha a la libertad cubana y los criterios fundacionales de la república preconizados por el Partido Revolucionario Cubano.
Un postulado muy conocido por los cubanos, cierra ese escrito de José Martí: ¡Los flojos, respeten! los grandes. Adelante! Esta es tarea de grandes.
Así que por mandato constitucional, si Miguel Díaz-Canel, de 57 años, actual primer vicepresidente del Consejo de Estado y el de Ministros y quien se prevé como sucesor de Raúl Castro, resulta el elegido, podría convertirse en el primer civil en comandar los cuerpos armados cubanos desde el comienzo de la Revolución en 1959.
Es más, en los últimos días se menciona a Mercedes López Acea, de 53 años, vicepresidenta del Consejo de Estado y primera secretaria del PCC en La Habana, como candidata a primera vicepresidenta, cargo desde el cual en caso de ausencia, enfermedad o muerte del gobernante debe asumir sus funciones.
Ingeniera forestal, López Acea es también graduada de la Especialidad en Defensa Nacional. De los 605 miembros del nuevo parlamento, 53 por ciento son mujeres. Raúl Castro ha impulsado durante su gestión la participación femenina a cargos políticos y gubernamentales.