Tomado de Editorial Granma
15/03/2018
La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para los americanos», fue elaborada por el entonces secretario de Estado John Quincy Adams y atribuida al presidente James Monroe en el año 1823. Establecía que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos
¿Puede Estados Unidos lograr sus objetivos actuales de dominio sobre América Latina y el Caribe con una doctrina de principios del siglo XIX?
Aunque a muchos nos gustaría responder a esa pregunta con un «no» rotundo y asegurar que nuestra región está blindada contra las pretensiones del presidente James Monroe en 1823 y su «América para los americanos» –que debe leerse como «América para los estadounidenses»–, sería un error menospreciar los riesgos latentes.