Este domingo 11 de marzo 8 millones de cubanos y cubanas estaban llamados a votar. En sus manos se encontraba elegir a 605 parlamentarios para renovar la Asamblea Nacional y a los 1.265 delegados a quince Asambleas Provinciales del Poder Popular, que serán constituidas el próximo 25 de marzo, según el cronograma de la Comisión Electoral Nacional (CEN). El requisito para su elección era que los candidatos superaran el voto de la mitad de los electores en su localidad, cosa que sucedió en todos los casos. Según se reportó desde la CEN en datos preliminares, la participación fue del 82,90 % y los votos no válidos el 5,6 % (anulados el 1,26 % y en blanco el 4,32 %). Desde los medios críticos con el sistema político cubano, se ha destacado que esta cifra de participación es la más baja desde las primeras elecciones al poder popular en 1976, lo que hablaría de una sociedad actual menos politizada que antaño.
Según el artículo 73 de la Ley Electoral de 1992, los diputados, nombrados por un período de cinco años, serán los que elegirán a su vez al Consejo de Estado, a propuesta de la Comisión de Candidaturas Nacional. El nuevo presidente o presidenta del Consejo de Estado asumirá la función de jefe de Estado y jefe de Gobierno, al presidir también el Consejo de Ministros. Es de prever que el 19 de abril, fecha en que se constituirá la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular, se confirme el relevo generacional que sustituya casi por completo a la generación histórica. Pero el escenario todavía sigue abierto. Lo único claro, en medio de las apuestas sobre si será el vicepresidente Miguel Díaz-Canel quien presidirá el país durante los próximos cinco años, es que Raúl Castro pondrá fin a su segundo mandato tras una década en la Presidencia (2008-2018).