Foto: Tomada de ACN.
(Por Cynthia Hernández Mayol/Tomado de Cubasi)
Cuba ha vivido en los últimos días bajo los efectos más duros de una guerra mediática que, si bien se agudizó meses atrás en acciones incitadoras a través de canales como las redes sociales, terminó por consolidarse en actos violentos y vandálicos de ciertos ciudadanos, contra la propia población, hospitales, comercios, estaciones de policía, y otros lugares.
Lo ocurrido el domingo 11 de julio en varios puntos del archipiélago, no tuvo algún matiz pacífico, como tampoco fue algo genuino de los “manifestantes”, pues actuaron como crédulos intérpretes de una obra teatral que los del norte arreglaron para desestabilizar el orden social y con ello, entre otras cosas, evitar un retroceso en la política de Trump hacia Cuba a revisar por Biden.