En el año 2005, la derecha venezolana boicoteó las elecciones parlamentarias. Con apenas un 25% de participación, los 167 escaños de la Asamblea Nacional fueron ocupados por representantes chavistas. La derecha clamó contra la legitimidad de esos comicios, dada la elevada abstención –aunque la abstención hubiera sido provocada por su boicot-. Pero lo cierto es que la Asamblea monocolor funcionó durante cinco años y buena parte del corpus legislativo de Venezuela emanó de aquel periodo.