
Por: Diana Concepción / @AucaenCayoHueso
Ni siquiera las noticias referentes a los resultados de las primarias celebradas anoche en Iowa, rumbo al camino presidencial en EEUU, han podido robarle la titularidad a todo lo que acontece en París. Sí, desde ayer la capital francesa es foco de atención por los medios de prensas internacionales y las redes sociales. No es para menos, el mandatario Francois Hollande ha recibido con los más altos honores al General de Ejército Raúl Castro, quien realiza una visita de Estado a tierras galas.
Para quienes de Paris, lo que más conocíamos por fotos era la Torre Eifel obviamente, ahora con grato placer hemos apreciado la belleza de los Campos Elíseos, adornados para la ocasión con banderas francesas y cubanas. Cuánto orgullo sentimos desde nuestra pequeña Isla, al ver a nuestro Presidente Raúl, bien arropado por las bajas temperaturas, pero visiblemente emocionado ante la ceremonia ofrecida en el Arco del Triunfo, en cuya base se encuentra la Tumba al Soldado Desconocido francés, a quien también le rindió tributo.
Intensas han sido las jornadas del líder cubano en Francia. Intensas han sido también las declaraciones de uno y otro mandatarios durante las conversaciones, la rueda de prensa y la cena oficial. Para mi, cubana de pura cepa, acostumbrada al verbo elocuente y preciso del General de Ejército, sentí en sus palabras mucha confianza y seguridad en nuestro futuro, en especial en lo referente al desarrollo económico de la Isla.
Las emotivas palabras del presidente Francois Hollande, al relatar los pasajes que unen a ambos países, me conectaron también con Martí, Carpentier y Vima, cubanos de pura cepa, quienes en Francia dejaron una huella imborrable. Al escuchar los proyectos en materia de colaboración conjunta , también se me iluminaron las esperanzas. Sin embargo, para serles sincera, la mayor satisfacción la sentí al escuchar en voz del presidente galo, la posición de su país en favor de levantar el bloqueo a Cuba, esa bestia negra que nos acecha desde hace más de 56 años, cuya política hostil e inhumana es la más grande que se ha cometido contra un país en la historia.
