
Micaela Hierro Dori, presidenta de Cultura Democrática.
Por Julio Ferreira.
Esa supuesta organización de la sociedad civil argentina que dice “dedicarse a la promoción de la democracia, defensa de los derechos humanos y fortalecimiento de la cultura política humanista”, es en realidad un instrumento financiado por Washington para encubrir con rostro ajeno su empeño de subvertir el orden constitucional cubano.
Un documento llegado a mis manos revela que la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) – considerada hasta por el periódico The New York Times como una filial de la agencia de espionaje norteamericana CIA- emplea a esta falsa asociación civil para subvencionar al autodenominado Movimiento San Isidro (MSI).