Tomado de Ruta Kritica
Por Orlando Perez
4/04/2018
Evidentemente la derecha ha ganado una batalla sostenida y bien aceitada: imponer su modelo ideológico y político para Ecuador. Y no es que el gobierno haya adoptado de cabo a rabo el programa de la derecha en su quehacer diario (hay resistencias al interior del mismo), pero si cede en aquellos postulados del llamado “sentido común” de la derecha: el mercado como el definidor estructural de la sociedades y no el trabajo como el sur de las transformaciones; la mirada occidental de la seguridad y las relaciones internacionales; y, la política del consenso para desarrollar una supuesta gobernabilidad, siempre desde el pensamiento hegemónico neoliberal.
Y no es que esta batalla la derecha la haya ganado en el último año, sino que la viene conquistando desde que recuperó espacios de poder político cuando en las elecciones del 2014 los grupos más ligados a la izquierda perdieron buena parte de las alcaldías. Desde ahí ya se descubrió una estrategia de reposicionamiento, que pasó, por ejemplo, por imponer como discurso que la postulación indefinida es un atentado a la democracia (cuando en otros países como Alemania o España es lo más común y corriente). Pasó también por atacar toda propuesta, ley o acción para una mejor redistribución de la riqueza, vía impuestos (plusvalía, herencias y fuga de capitales), regulaciones al sistema financiero y la protección de la dolarización.