
Tomado de CELAG
13/07/2018
Con el golpe judicial que pretende encarcelar al ex-presidente Rafael Correa, el Gobierno ecuatoriano demuestra la urgencia (casi desesperación) para impedir que el ex-mandatario regrese a presentarse como candidato a las elecciones municipales del 2019. También para evitar que siga al frente de la reorganización del movimiento ciudadano antineoliberal que se viene gestando tras el vertiginoso giro a la derecha de Lenin Moreno. Están apelando a una guerra judicial sin cuartel, mostrando el rostro autoritario y antidemocrático del presidente. La presión de la derecha en lo interno y de los EE.UU. desde lo externo, le obligó a quitarse su máscara amable y de izquierdas, inservible para aplicar a fondo el proceso de regeneración neoliberal y de sumisión a los EE.UU., que contiene medidas políticas y económicas que llevarán al Ecuador de regreso al pasado neoliberal[1].