Ese triunfo alivió a los partidarios de la Revolución Ciudadana, que incluso dudaban sobre la posibilidad de derrotar a la otra candidatura directamente ligada con los intereses de la banca y las derechas del país.
El triunfo de Lenín Moreno alivió a las fuerzas democráticas y progresistas de América Latina, que comprendieron que en Ecuador se jugaba el futuro del progresismo y la nueva izquierda en la región. Sin embargo, una serie de acontecimientos sembraron inquietud en el mundo latinoamericano.