
La movilización popular en julio ya tuvo consecuencias palpables, como la decisión del gobierno de postergar gran parte de su agenda…
Por: Nicolás Centurión
Peligra que se apague la histórica chimenea de la refinería de la planta de combustibles de la estatal petrolera ANCAP, en el barrio obrero montevideano de La Teja. La primera y única vez que apagó su llama había sido en 1973 en protesta contra el golpe de Estado. El gobierno tensa las relaciones con los sindicatos y los mismos responden con medidas combativas. Los conflictos se elevan cuando la Corte Electoral confirma la fecha del referendo (27 de marzo) contra la Ley de Urgente Consideración (LUC). A pesar de las adversidades y en pandemia, otra vez el pueblo uruguayo dio vuelta la taba.
De hecho, las casi 800 mil firmas logradas en la movilización popular (en un país de poco más de tres millones de habitantes) en julio ya tuvo consecuencias palpables, como la decisión del gobierno de postergar gran parte de su agenda, e incluso dejar de aplicar el procedimiento previsto en artículos impugnados de la LUC para fijar precios de los combustibles, que habría determinado sucesivos aumentos mensuales.