Por Arthur González.
Ser opositor al socialismo cubano es un negocio jugoso en Miami, algo que ha transformado en millonarios a no pocos.
Recientemente un artículo publicado en el libelo Nuevo Herald, expone a uno de esos personajillos que se cambiaron de casaca, para hacer de su “oposición” a la Revolución cubana un jugoso medio de vida, su nombre:Juan Antonio Blanco Gil, quien desde hace unos años funge como director de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, en Miami.
Hijo de Elena Gil, miembro del Partido Socialista Popular antes de 1959, trabajadora de la Cuban Telephon Company, y estrecha colaboradora de Fidel Castro, Juan Antonio Blanco anunció recientemente su campaña para denunciar y deportar a antiguos “represores”de la Cuba socialista, quienes posteriormente decidieron emigrar a los Estados Unidos. Sigue leyendo